Calvarios de este tiempo
Habría ocurrido el Viernes Santo del año pasado, en Maaloula, cerca a Damasco, donde aún se habla arameo. Dos jóvenes cristianos que se negaron a recitar la shahada (profesión de fe del Islam), terminaron crucificados, como en los tiempos del episodio ocurrido en el Gólgota de Jerusalén, hace más de 2,000 años. Uno de ellos expiró delante de su padre.
Los hechos fueron relatados por la hermana Raghida, del Patriarcado Greco-católico de la capital siria, a Radio Vaticano. Según ella, los perpetradores también mataron hombres, mujeres y niños. Cortaron cabezas y hasta jugaron con ellas, en un macabro ritual que parece propio del Estado Islámico (EI), el grupo que ha sentado su cruel influencia en la región.
Martirios varios
Por desgracia, no es una práctica poco frecuente en los lugares donde la intolerancia religiosa está alcanzando niveles de espanto. Hacia mediados de febrero de este año, el EI difundió un video en el cual se mostraba el degollamiento de 21 cristianos coptos en una playa cercana a Trípoli, la capital libia. Las imágenes son pavorosas.
Vienen acompañadas de amenazas, además. En un momento, unas letras advierten que “este es un mensaje firmado con sangre a la nación de la cruz”. Un yihadista termina su discurso diciendo que se trata de una venganza por Kamilia Shehata y Wafa Constantine, dos coptas convertidas al Islam, que, de acuerdo a él, habrían sido torturadas y asesinadas.
A fines de junio del 2014, el escenario de las atrocidades fue Deir Hafer, una localidad cercana a Alepo, la ciudad más grande de Siria. Allí fueron crucificados nueve hombres que aparentemente habrían dejado el Islam. Es decir, por una apostasía que los extremistas consideraron inaceptable.
En ese momento, el papa Francisco declaró que al ver el vídeo había llorado y afirmó que hay países “en los que, solo por llevar el Evangelio, vas a la cárcel”. No le falta razón: en la actualidad, existen alrededor de 50 naciones en las cuales los cristianos son perseguidos de una u otra manera, según la organización internacional Open Doors (OD).
En la cabeza del ranking 2014, está Corea del Norte. Luego vienen Somalia, Siria e Irak, Afganistán, Arabia Saudita, Maldivas, Pakistán, Irán y Yemen. Todos países de mayoría musulmana donde hay preocupantes indicios de ‘limpieza religiosa’.
¿Significa esto que es un problema que solamente golpea a los cristianos que viven rodeados de mezquitas? En modo alguno. En el puesto 29 de la lista está Sri Lanka, un país mayoritariamente budista, también ha visto brotes de intolerancia contra los cristianos, al punto que en enero de 2014 hubo una marcha de protesta en Colombo, la capital.
Violenta Babel
Los manifestantes alzaron su voz contra los ataques protagonizados por nada pacíficos monjes budistas contra locales de los colectivos cristianos llamados ‘Asamblea de Dios’ e ‘Iglesia del Calvario’. El nirvana de estos monjes consistió en quemar biblias, puertas, ventanas, bancas.
Lo anterior demuestra que hay fuego cruzado en el territorio religioso, a nivel mundial, aunque algunas cifras revelan que serían los cristianos los que sufren más persecución religiosa. A pesar de que OD es una organización tenida por conservadora (su versión sobre Corea del Norte, por ejemplo, ha sido criticada), sus reportes dan una idea de lo que ocurre.
De acuerdo a esta entidad, unos 100 millones de cristianos sufren en el mundo algún tipo de persecución. Unos 10 mil morirían anualmente como consecuencia de ello, un número que tiende a ir en aumento debido al accionar del EI y otros grupos yihadistas en Oriente Medio. También en la India se suscitan hechos que crucifican la convivencia.
La agencia de prensa de las Obras Misionales Pontificias, Fides, ha informado sobre casos de ataques contra cristianos en varias ciudades del inmenso país asiático. Durante el 2012, se reportaron 135 ataques contra templos, personas y locales, católicos y de otras denominaciones. El antecedente más funesto, sin embargo, ocurrió en agosto del 2008.
El 24 de agosto de ese año, en Kandhamal, una ciudad del estado de Odisha, se produjo una masacre imposible de olvidar: unos 500 cristianos fueron asesinados por extremistas hindúes, luego de que fueran quemadas unas 200 iglesias y 4,000 viviendas. El detonante fue la muerte de un líder hinduista, que fue atribuida a los cristianos.
Fuego cruzado
La mayor cruz, no obstante, que cargan los seguidores de Cristo está en territorio yihadista. Recientemente, el 27 de febrero, 15 cristianos asirios (pertenecientes a la Iglesia Apostólica Asiria de Oriente) fueron victimados por milicianos del EI en los pueblos sirios de Tel Hormidtz y Hassake. Algunos fueron decapitados y otros fueron muertos a balazos.
Eran parte de un grupo de 150 personas secuestradas días antes. Hasta ahora, se teme que otras más sean ultimadas, pues es en este país y en Irak donde el riesgo es mayor para quienes creen en el profeta de Galilea.
Antes de la invasión norteamericana, en el 2003, los cristianos en Irak sumaban más de un millón de personas. Al presente, se habrían reducido a 300 mil, a causa de los ataques diversos.