La calle y el clima
El domingo 21 de septiembre del 2014 ocurrió algo inusitado y esperanzador para lo que es el esperable devenir de este mundo turbulento: en 2,000 ciudades, de unos 160 países, miles –o millones– de personas salieron a demandar a los jefes de Estado que enfrenten en serio el cambio climático, dos días antes de la Cumbre del Clima a realizarse en Nueva York.
Esta ha sido una marcha fuerte, masiva, por un motivo que hace años debió sacar a la gente a las calles. La ha promovido en buena medida ‘Avaaz’, un movimiento mundial, y podría ser la partida de nacimiento de los ‘indignados climáticos’. Solo en la urbe norteamericana marcharon unas 300 mil personas, entre ellos Ban Ki-moon, el secretario general de la ONU.
Dicha presencia cobra un simbolismo interesante. Normalmente, las calles son el reino de los disidentes, de los que enfrentan al sistema. Que el más alto funcionario del más importante organismo mundial se sume a la riada humana, a su modo a las protestas, sugiere que él mismo revelaría cierto cansancio frente al desesperante marasmo de los políticos.
Ban lo ha explicitado, al retar a los jefes de Estado “a venir con propuestas audaces”. ¿Qué significa eso, más allá de la diplomacia? Que en esta reunión, co-presidida por el Perú y previa a la COP20 (Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático N0 20) que será en Lima, se tiene que atisbar consensos mínimos.
De otro modo, las citas de Lima y de París (COP21 en 2015, cuando debe acordar un instrumento que reemplace al Protocolo de Kioto) serán un naufragio. La situación no está para hacerla larga. Algunas cifras de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) siguen dando la alarma sobre este problema, que ya no debería animar solo películas.
En un documento de marzo pasado, esta entidad informó que 13 de los 14 años más cálidos de los que se tiene registro han tenido lugar en el siglo XXI (el récord: la década 2001-2010). Y que los preocupantes pronósticos que la ciencia viene haciendo se están cumpliendo. Los refugiados climáticos, en la actualidad, ya sumarían 22 millones de personas.
La cifra es del Observatorio de Desplazados Internos del Consejo Noruego para los Refugiados. Pero otras muchas fuentes también ofrecen datos de urgencia. ¿Tienen algo que decir frente a este inminente drama los 120 líderes mundiales que se reunieron el martes 23 en la ONU? Ya no es posible el silencio, la lentitud. La calle vigila, los ecosistemas sufren y el tiempo corre...